Que me beses en la cocina y bajes las manos directo a los botones de mi pantalón para que tus dedos despacio me tanteen sobre los calzones. Luego con firmeza y pausado se escurra tu mano para abrirme los labios y con las yemas de los dedos me tientes el clítoris en círculos mientras nos besamos cada vez más desesperados, como ese día.
Que me digas que si vamos a la cama y me lleves a tu cuarto, que me bajes los pantalones con todo y chones para verme el coño abierto con solo la luz de afuera iluminando y luego digas ¿puedo? Y comiences a besarme los muslos y acariciarme las caderas con las dos manos. Que con la cabeza entre mis piernas me acerques la nariz y me abras despacito, que me inhales y sienta el frío del aire que me robas y luego el calor de tu lengua húmeda saboreándome len to. Que me comas pegándome la lengua al cuerpo como queriendo bebértelo todo sin derramar.
Que me derrita yo en tu cara, en tu boca, en tus manos, en tu cama y en la mía, y que se me derrita también tu nombre en la voz.
Y después pidamos sushi para cenar.
Pero antes, que me beses en la cocina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario