viernes, 7 de septiembre de 2012

Como Hansel y Gretel


Despiertas en medio de la cama.
Repasas en la mente lo que harás durante el día. Quitas las cobijas de encima y sales despacito de ellas. Volteas a ver: vacío. Entras al baño a prender la regadera, y de reojo miras los dos cepillos en el lavabo: no te has atrevido a tirar el que sobra. ¿Sobra? Te bañas mientras no te atreves a abrir los ojos, ni a hablar, ni a cantar como antes, no vaya a ser que salga de tu boca, de tu garganta, de tu pecho, de tus entrañas esa canción pendeja que hará desbordar las lágrimas que tanto has guardado para cuando importe. ¿Importa? Sales encuerada y sin secarte dejando huellitas de agua en tu camino, como Hansel y Gretel a ver si así te encuentra. ¿Te busca?
Te miras la desnudez en el espejo y no eres tú, eres ella, eres otra, eres nosotros, eres él. Pero no tú. No estas viviendo viva. 

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